Luna Llena en Tauro
Tu tranquilidad amenazante, tu mansa opulencia. Nos sentimos, nos adivinamos. No necesitamos razones, sólo complicidades. La conexión es a otro nivel. Subterráneo, abismal. Bajamos a lo importante, a lo que nadie tiene por qué saber... jamás. Diálogos Astrológicos
Clímax astral, plenilunio de naturaleza marcial, plutoniana y venusina, reunidos los elementos de agua y tierra. Lo oscuro y lo diáfano, lo profano y lo divino, los recursos, los placeres, los instintos. La carne que tienta con sus frescos racimos, como reza la sentencia del poeta Rubén Darío. En los últimos grados (veintitrés) del Sol oscuro de Escorpio, la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, se eleva, exaltada en el signo del toro, la Luna en conjunción a Urano. Momento de suspender las cadenas de la mente y permitirse sentir, desprenderse, liberarse de todo aquello que ya no va a tener lugar ni sustancia en nosotros. De manera densa se impone lo real, lo fatal e irremediable de la corporalidad, con sus carencias y abundancias, sus espectros y delicias, sus ruinas y verdores.