Eclipse de Luna Llena en Virgo

Todo eclipse implica una intermitencia, una desconexión, una merma en la energía. Es que están implicadas las luminarias, el Sol y la Luna. Desde que tengo uso de memoria astrológica, como siempre digo, los eclipses me dejan enfermo, unos días antes o después. Es como si necesitara desprenderme de un estado de buena salud que ya no era tan saludable para mi evolución personal. La astrología, como dice Borges de la poesía, es algo que sentimos en la carne.
Analicemos el eclipse de Luna Llena en Virgo. En el eje Virgo/Piscis nos vinculamos con los demás a través del servicio, por eso temas como la salud, el trabajo y la solidaridad son cruciales. Se trata de los mutables de tierra y agua, afines a los misterios de la vida, también a la espiritualidad en sus diferentes corrientes y formas. Mientras que Virgo es un detallista y agudo observador con gran capacidad de análisis y síntesis, interesado en las leyes y fórmulas de nuestra vida cotidiana, Piscis es un ser mucho más místico, intuitivo y compasivo que capta verdades mediante sutiles señales más allá de todo raciocinio o explicación. En la complejidad de ambos se combinan los asuntos mundanos con los espirituales, uno incide sobre el otro y viceversa: lo profano y lo sagrado, el cuerpo y el alma, la realidad y la fantasía, la ciencia y la magia.
Debemos tener en cuenta qué planetas se encuentran implicados en el eclipse. La Luna Llena se encuentra en armonía con Marte (acciones, voluntad) y Urano (cambios, renovaciones) pero confronta con el Sol, el severo Saturno y el idílico Neptuno. Entre tantos naufragios, ciertos finales darán lugar a algo que hemos trabajado arduamente (Virgo), acaso en segundo plano (con detallismo y humildad), o de manera oculta dado el carácter subrepticio del signo de los peces. Marte desde el acuático Cáncer también nos invita a proceder de manera cautelosa e introvertida. Aún con dudas y temores, entraremos en contacto con la agridulce sabiduría saturnina, de tierra áspera y empinada, pero (créanme) muy prolífica. Júpiter en cuadratura desde Géminis le aporta vuelo intelectual y cierta ligereza o alivio a la pesada carga emotiva que nos trae este eclipse.
Enfoquemos esta energía en la casa eclipsada de nuestra Carta Natal que contiene el grado 24 del eje Virgo/Piscis para poder identificar mejor las áreas de los eventos. A pesar de tanto Piscis en el cielo, bajo una Luna Llena mercurial tan práctica y resolutiva, terminemos de cerrar (ciclos para emprender nuevos caminos). Cuando digo cerrar no necesariamente me refiero a finalizar con algo, ¿por qué no cerrarlo en el mejor de los sentidos: una escritura, un contrato, un acuerdo, un negocio, un proyecto? Recordemos que Saturno materializa, concreta. Y Virgo es tierra en movimiento.