Elecciones uranianas
"Sana rebeldía", "algo se rompió", "hacer posible lo imposible", "formar equipos", "comienza una nueva etapa". Son algunas de las frases más acuarianas que circulan en el aire electoral de estos días. Y pertenecen al presidente electo, el acuariano Mauricio Macri. Dos Lunas en Aries (la del 25 de octubre y la del 22 de noviembre) en contacto con Urano, el planeta regente de su signo solar, lo catapultaron a la presidencia. Y sin embargo, como les vengo diciendo desde hace rato, varios colegas del mundo de la astrología lo daban ganador a Scioli. Veamos por qué. O, en todo caso, veamos por qué ciertos indicios en el cielo inclinaban la balanza en sentido contrario.
Como saben, en este blog no abordamos astrología mundana ni predictiva, pero los sucesos de alcance público siempre despiertan mi interés desde la perspectiva de los tránsitos planetarios. El cielo del momento es una fotografía que nos permite identificar actores, elementos y situaciones que se distinguen con bastante nitidez. Sabemos, por ejemplo, que la Luna representa al pueblo y lo popular, que Saturno son los límites, que Júpiter premia.
Como les decía, volviendo a la elección, pensaba que una sentencia del célebre astrólogo Carter le serviría a Daniel Scioli para ganar la elección: "Los logros vienen a través de Saturno". De hecho, todos mis colegas sabían que el candidato del FPV ya comenzaba a sentir los efectos de su segundo Retorno de Saturno. Sin embargo, teníamos un antecedente no muy bueno: Aníbal Fernández, el candidato que perdió increíblemente la provincia de Buenos Aires contra María Eugenia Vidal (la candidata virginiana en el año de los virginianos). Nacidos con algunos días de diferencia, Daniel Scioli y Aníbal Fernández tienen una carta natal similar. Los dos con Saturno en Sagitario, el Saturno actual. Saturno materializa cosas, es cierto. Pero a cambio quita, y mucho. Es, generalmente, mediante duras limitaciones que nos hace crecer. Los resultados están a la vista para estos dos candidatos capricornianos (saturninos). Es curioso también que Saturno en Sagitario nos indica a Júpiter como el planeta por el cual vendrán los límites. Y Júpiter está en Virgo, el signo de Vidal.
El caso de Macri es mucho más interesante. Se decía que no podía ser presidente porque en su Revolución Solar la Luna (representante del apoyo popular) no recibía buenos aspectos. Muchos otros análisis se hicieron sobre las Lunas de ambos candidatos sin tener en cuenta las Lunas de los días electorales. Los tránsitos planetarios para ambos días, como dijimos, ubicaban a la Luna en Aries junto a Urano, regente de Acuario. El pueblo se expresaría pidiendo un cambio (que, como sabemos, es la propiedad esencial de Urano). Y quien se pasó la campaña hablando de cambio fue el acuariano Macri, el candidato de Cambiemos.
La carta natal de Macri, si bien hay dudas con su domificación (es decir, con la ubicación de sus casas), arroja aún más luz. En una entrevista de hace poco, Beto Casella le enumera a Macri todas las cosas signadas por la buena suerte que le sucedieron en la vida (su paso exitoso por Boca, etc). Ustedes saben, como yo, que la suerte la rige un planeta muy benéfico llamado Júpiter. El 22 de noviembre el Sol iluminó el grado 29 de Escorpio, exactamente en conjunción al Júpiter natal de Mauricio Macri. Muchos consideran el grado 29 como de pérdida, otros como una influencia neptuniana (lo demuestran las cartas natales de muchos músicos y artistas). Sin embargo, teniendo en cuenta ese pasado jupiteriano, ¿cómo podría este contacto Sol/Júpiter significar una pérdida? Por la tarde, cuando ya sabíamos los resultados, el Sol ingresó en Sagitario, signo regido por Júpiter. Como ven, Júpiter por todas partes. Marte, dispositor tanto del Sol en Escorpio como de la Luna en Aries, se encontraba en Libra. El signo de la unión, el acuerdo, la paz, la justicia. Venus (su regente) fortalecida en su domicilio, gobernando a Marte y los demás planetas en la cadena de dispositores. He aquí otra carambola astral: Venus a 14 grados de Libra formó el 22 de noviembre una conjunción con el Nodo Norte (punto relacionado con las metas, las misiones y el destino) de Macri. De a poco empezamos a conocer sus primeras medidas luego de la elección, en las que convocó al diálogo (en sintonía con esta energía libriana). Después de años, un presidente volvió a dar una conferencia de prensa (¿gracias a su hipotético pero probable ascendente Géminis?). Veremos si este costado libriano, el de la unión, la paz y la armonía es el que prevalece. O el saturnino, mucho más austero, riguroso, legal y no tan amigable. No olvidemos que Libra es también el signo de los dos bandos, del otro, de las polaridades y de los enemigos declarados. Quizás la tapa de Página/12 del día después lo advierta (ante la ajustada diferencia de votos entre ambos candidatos): Un presidente, dos países.